PEDAGOGÍA DEL OPRIMIDO DE PAULO FREIRE
Paulo Freire sustenta una
pedagogía en la que los individuos aprendan a cultivarse a través de
situaciones de la vida cotidiana.
No se trata de una
pedagogía para el oprimido, por el contrario, de él, el sujeto debe construir
su realidad a través de las circunstancias que generan el devenir
cotidiano. Los textos que el individuo construye le permiten reflexionar y
analizar el mundo en que vive, pero no para adaptarse a él.
Freire habla de una
pedagogía libertadora en donde el método deja de ser instrumento del educador
con el cual manipula a los educandos porque se transforman en la propia
conciencia, en donde, la superación auténtica de los opresores-oprimidos no
está en el mero cambio de lugares, ni en el paso de un polo a otro, ni tampoco
radica en el hecho de que los oprimidos de hoy en nombre de la liberación,
pasen a ser los nuevos opresores.
La propuesta de
Freire implica dos momentos distintos de manera progresiva: una se refiera a
tomar conciencia de la realidad en la que vive el individuo, como ser oprimido
siempre sujeto a las determinaciones de los opresores, la otra en cambio
consiste en la iniciativa de los oprimidos paras luchar frente a los opresores
y liberarse para llegar a la praxis.
La
pedagogía de Paulo Freire es, por excelencia, una pedagogía del oprimido, que
no postula modelos de adaptación ni de transición de nuestras sociedades, sino
modelos de ruptura, de cambio y de transformación total. La alfabetización, y
por consiguiente toda la tarea de educar sólo es auténticamente humanista en la
medida en que procure la integración del individuo a su realidad nacional, en
la medida en que pierda el miedo a la libertad: en la medida en que pueda crear
en el educando un proceso de recreación, de búsqueda, de independencia y, a la
vez, de solidaridad.
Es
así que, a través de la liberación que postula Paulo
Freiré busca lograr lo siguiente:
a)
No más un educador del educando
b)
No más un educando del educador
c)
Sino un educador-educando con un educando-educador, el cual esto significa: que
nadie educa a nadie, tampoco nadie se educa solo y que los hombres se educan entre sí, mediatizados
por el mundo.
La
educación que propone Freire, pues, es eminentemente problematizadora,
fundamentalmente crítica, virtualmente liberadora, Al plantear al educando el
hombre-mundo como problema, está exigiendo una permanente postura reflexiva,
crítica, transformadora. Y, por encima de todo, una actitud que no se detiene
en el verbalismo, sino que exige la acción.
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